La venta de propiedades con créditos hipotecarios decrecrió en los últimos tres meses como producto de la suba del dólar, pero también porque, aun teniendo los ahorros suficientes, muchos no se están animando a los créditos en unidades de valor adquisitivo (UVA).
El primer motivo de la caída de las ventas responde al desfasaje en los precios de tres o cuatro meses atrás a esta parte. Ocurre que el valor de las propiedades casi siempre es en dólares, pero el banco presta pesos.
De los que siguieron en carrera, porque tenían el ahorro suficiente o lograron un acuerdo especial con el vendedor para que más o menos les mantuviera el precio, son pocos los que se animan en estos días a los créditos en UVA, para los que la inflación y el salario son determinantes.
En el año 2018 se pactaron subas salariales, en líneas generales, el orden del 15%, mientras, producto de la devaluación, la inflación ya alcanzó el 10% en el primer cuatrimestre.
En ese contexto, quiénes son los que todavía se animan a este tipo de crédito.
Los Inquilinos. Tanto el crédito UVA como el alquiler dependen del mismo factor: la inflación. Los inquilinos ya tienen el monto del alquiler indexado semestralmente, en torno al 12%, bastante más que la suba salarial proyectada para este año.
Si son capaces de pagar un alquiler similar a la cuota del crédito que quieren sacar, la decisión para estos tomadores es más fácil.
Las Tasas. Los que siguen en carrera para la solicitud del crédito son los que mantienen tasas razonables, de entre el 6,5% y el 7,5%. Por encima de esos porcentajes, hay que afinar las cuentas.
Tener Ahorros suficientes. Los que se pueden estirar y cubrir con ahorros un porcentaje mayor del valor de la vivienda comprometen menos sus ingresos y, en caso de una fuerte suba de la cuota, pueden cubrirse. Si se empieza con una cuota que deja poco margen para imprevistos, lo más probable es que el presupuesto empiece a tambalear hasta que llegue un nuevo ajuste salarial.
La Cláusula gatillo. De todos modos, existe una cláusula del Banco Central que establece que, si por la inflación la cuota superara el 25% del ingreso del grupo familiar, el aumento se puede pasar al final del crédito. Entonces, el que pidió un crédito a 20 años pagará uno, dos o tres años más, pero se asegurará el pago de la cuota mensual.
Un Trabajo seguro. Es más fácil tomar la decisión para los trabajadores en relación de dependencia que tienen ingresos seguros y que no están sujetos a los rendimientos de un negocio.
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